El Mesón La Pozuela de Jubrique recibió ayer el distintivo de “Establecimiento Singular”, reconocimiento que otorga la Diputación Provincial de Málaga a negocios de alojamiento y restauración que se distinguen por la calidad de su servicio, el respeto por las tradiciones o la integración en el entorno.
Hellen Blott, propietaria del Mesón La Pozuela, se ha mostrado orgullosa por haber recibido el distintivo, hecho que será un acicate para continuar trabajando en la misma línea de como lo vienen haciendo tanto ella como su marido, cocinero del restaurante, desde que abrieran el negocio hace tres años y medio.
La principal seña de identidad del Mesón La Pozuela es que ofrece exquisitos platos elaborados que aúnan las recetas caseras, la cocina mediterránea y la francesa utilizando productos de calidad del entorno, como pueden ser las cerezas, las setas silvestres y, cómo no, las castañas. Por tanto, este restaurante propone a sus clientes una experiencia gastronómica única, ya que es el lugar perfecto para degustar platos internacionales en los que los productos locales juegan un papel fundamental. La propietaria ha explicado que, pese a que la carta del establecimiento no es muy amplia, de forma continua introducen cambios con la intención de sorprender a los clientes. A modo de ejemplo, algunos de los platos que se cocinan en el restaurante son el tartar de tomate y albahaca con virutas de queso Payoyo o el estofado de pintada con castañas y polenta. Además, tanto los postres como el pan se elaboran de forma casera y los propietarios van variando los ingredientes que utilizan para ello con la intención de ofrecer nuevos matices y texturas.
La clientela del Mesón La Pozuela es fiel y tiene distinta procedencia, ya que es habitual que en el restaurante coincidan personas de diferentes nacionalidades con vecinos del entorno, lo que, según Hellen Blott “es una mezcla de clientes que resulta muy agradable y divertida”.
Hellen y su marido son una pareja holandesa que llegó a Jubrique hace tres años y medio, después de haber trabajado muchos años en la Costa del Sol, atraída por la calidad de los productos gastronómicos de la zona y por el espectacular entorno natural del Valle del Genal. “Holanda es un país muy llano y quizá por ello la montaña y la naturaleza ejercen mucha atracción sobre nosotros”, concluyó la propietaria.